Entrevista de la revista Tell Magazine

Hace algunos años, Playa Amarilla era “el” lugar del verano. La gente joven recorría kilómetros sólo para ir a tomar sol a uno de los puntos de encuentro top de los noventa. Con el tiempo, el fantasma de la contaminación provocó una importante merma en el número de visitantes, dejando casi en el abandono una de las pocas playas naturales de nuestro borde costero. Roberto Araya, un joven de veinte años, decidió revertir esta situación y para eso utiliza a su mejor aliado: el deporte.

Karen Manquez Parra

Crear “La Playa de la Juventud” es el gran sueño de Roberto Araya, director del “Club Deportivo Ecológico Social y Cultural Skimpeace”, cuyo objetivo es propagar el amor por la ecología y el cuidado de nuestras costas. Con esta meta entre ceja y ceja, Roberto lideró este club deportivo, buscó apoyo y consiguió, gracias a fondos otorgados por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), limpiar Playa Amarilla y convertirla en un lugar apto para realizar el deporte que ha motivado esta acción: el skim board.

A pesar de no ser muy conocido en nuestro país, el skim, skimboarding o skimming nació hace setenta años en las orillas de las playas de Laguna Beach, Estados Unidos. Su nombre proviene del verbo skim que puede traducirse como “pasar rozando” o “descremar” y hace alusión a que su práctica consiste en deslizarse con una tabla de madera o fibra de vidrio, por la orilla del mar (en la espuma de las olas). En Antofagasta, se hizo popular hace apenas tres años y Roberto es uno de sus precursores.

¿Siempre has sido deportista? ¿Qué otros deportes has practicado?
Sí, siempre que tuve la oportunidad de realizar algún deporte no dudé en hacerlo, empezando con el fútbol, voleibol, tennis, bodyboard, y actualmente skimboard. Pero sólo querer hacer un deporte no implica que lo podrás realizar. El dinero es la barrera más importante, porque te impide disfrutar de estas actividades tan saludables de manera profesional o constante. A mis veinte años se me hace realmente difícil realizar el skim, ya que una tabla para el nivel que quiero alcanzar, vale sobre los trescientos mil pesos.

¿Cómo conociste este deporte?
Un amigo me contó que se había comprado una tabla de madera para deslizarse en la arena y lo acompañé a probarla. Encontré que era divertido y me compré una yo también. Estuvimos seis amigos todos los días practicando y soñando que algún día lograríamos ser profesionales, tal como los protagonistas de los videos de internet de “skimmers pro”.

¿Hace cuánto practicas skim y dónde?
Hace casi dos años. Este deporte es muy complicado y muy nuevo en Chile, por lo que no hay muchos referentes y se aprende lentamente. De todas maneras, considero que en comparación con otras personas que llevan más tiempo que yo, estoy en un buen nivel. Como se dice, creo que tengo dedos para el piano. El lugar más frecuente para practicar es Playa Amarilla —de ahí nace mi proyecto ecológico— y en otros lugares que presentan una marea más fuerte, peligrosa quizás, pero a la vez más entretenida, como en el kilómetro 5 hacia el norte de la ciudad, cerca de La Rinconada.

¿Cómo es el nivel de este deporte en la ciudad?
En Antofagasta, el nivel es más bien bajo, porque es demasiado nuevo y aquí no se dan las condiciones de masividad. Donde está el fuerte del skimboard es en Viña del Mar, donde incluso existen tiendas especializadas que venden las tablas profesionales. Planeo en el futuro importar directamente las tablas hasta Antofagasta.

“Dependes tanto de la naturaleza que intentas ser parte de ella. Es así como el espíritu ecologista crece en uno y empieza a surgir una necesidad de informarse sobre la real situación que vivimos y los niveles críticos que se están alcanzando en la Tierra”.


¿Qué es lo que te apasiona del skim?
Al igual que todos los deportes, me sirve de relajación. Te desconectas mentalmente, te olvidas de los problemas o, incluso, los analizas exhaustivamente encontrando respuestas en tu ser interno. La energía que te da la naturaleza es incomparable y mientras estás conectado con ella, sueles filosofar mirando el mar. Además, el deporte, en general, mantiene tu bienestar físico y más encima amplía tu círculo social, porque se hacen muchos amigos que te ayudan a mejorar como persona y a avanzar en el mismo deporte.

Imagínate agregar que el skim se practica en un lugar tan hermoso como la orilla del mar. Dependes tanto de la naturaleza que no te sobrepones a ella, sino que intentas ser parte de esta. Es así como el espíritu ecologista crece en uno y empieza a surgir una necesidad de informarse sobre la real situación que vivimos y los niveles críticos que se están alcanzando en la Tierra. En lo personal, no me pude quedar con los brazos cruzados y comencé a investigar sobre los problemas que se viven a diario, especialmente en Antofagasta, y traté de empezar un movimiento que creara conciencia en la comunidad de la poca cultura que existe en cuanto a la limpieza.

¿Todos pueden practicar el skim?
Uno de los objetivos del deporte es pasarse día a día entrenando, ser perseverante, mejorar tu velocidad, fuerza, aguante, equilibrio, etc. Al perfeccionar estas características tu estado físico aumenta y consigues una ventaja sobre el resto de las personas. Mientras no tengas ningún problema de salud puedes realizarlo, de hecho, lo más entretenido es que muchas mujeres se están motivando y están aprendiendo.

¿Existen competencias de skim en Chile?
Hace muy poco hubo dos competencias en Chile de nivel mundial. Una se realizó en Viña del Mar y la otra en Algarrobo, con los mejores profesionales extranjeros y nacionales, uno de ellos fue el campeón mundial, Paulo Prietto. Aún no he tenido la oportunidad de participar en un campeonato oficial, pero el próximo año tengo la seguridad de que lo haré.

ECOLOGÍA + DEPORTE

Dentro de las metas de Roberto, está sacar adelante su proyecto “Playa de la Juventud”. En su etapa inicial, la actividad consiste en restaurar la cabaña ubicada frente a Playa Amarilla, para eliminar el inminente riesgo que representa su debilitada estructura exterior. “Las condiciones en que está la cabaña la convierten en un peligro. Uno encuentra de todo —asegura Roberto— desde botellas hasta animales muertos”.

¿Y qué piensas hacer con esa cabaña?
Sobre todo cuidarla, porque conseguirla no fue fácil. Logré la concesión con la Armada de Chile después de una infinidad de papeleos y cincuenta mil pesos aproximadamente. Luego saqué personalidad jurídica y organicé el Club Deportivo Ecológico Social y Cultural Skimpeace, del cual soy presidente. Postulé a los fondos de la INJUV y los gané. Casi todo el dinero, $1.200.000, lo gasté en la reconstrucción de la cabaña. La dejé segura y bien cerrada. No era mi prioridad la estética ni las comodidades. Transformé esta casita y la convertí en el corazón de la playa; en ella se guardan algunos utensilios para limpiar Playa Amarilla.

¿Cómo fue el proceso de conseguir los fondos?
Fue un poco agotador y frustrante; encontré barreras que me detuvieron por días, semanas y meses. En primer lugar, la falta de capital me estancaba muchas veces, no tenía plata para legalizar papeles o sacar certificados. Quizás si yo hubiera tenido recursos propios hubiera sido distinto, hubiera logrado muchas cosas más; sentí una desigualdad muy fuerte. La desinformación hacía más lento todo. En muchos lugares adonde acudí por ayuda, me cerraron las puertas por ser joven.

“Para muchos, verano significa playa, por lo que como antofagastinos, y residentes de una ciudad costera, deberíamos sentirnos privilegiados. Y lo mínimo que nos pide la naturaleza a cambio de todo lo que nos entrega, es cuidarla, protegerla, y sentirnos identificados con ella.”


¿Y cómo nació esta iniciativa?
Al ver que con la llegada de la primavera y el verano, son miles las personas que van a las playas para descansar y disfrutar del sol, el aire marino y todas las bondades que presentan las costas. Pero lo que podría ser positivo, se transforma en un problema, porque es gente inconsciente que, en vez de cuidar su entorno, lo contamina con plástico (bolsas, tapas de bebidas, envoltorios de helados) que, además, es uno de los enemigos más letales para la fauna marina y el ecosistema. Muchos materiales que son desechados en nuestras costas, son de un alto potencial dañino para la biodiversidad intermareal de nuestro litoral.

Para muchos, verano significa playa, por lo que como antofagastinos, y residentes de una ciudad costera, deberíamos sentirnos privilegiados. Y lo mínimo que nos pide la naturaleza a cambio de todo lo que nos entrega, es cuidarla, protegerla, y sentirnos identificados con ella. En esta tarea, la comunidad juega un rol fundamental, junto a las autoridades. No sé cómo quienes van a la playa pueden ser tan poco solidarios con los demás. Me daba vergüenza estar en ese lugar tan sucio y como siempre iba a practicar deportes, tomé la iniciativa y, por mis propios medios, comencé a limpiar la playa decenas de veces. Llegó el momento en que no podía seguir así y busqué medidas más concretas. De esta forma llegue al INJUV, que afortunadamente tenía unos fondos concursables para organizaciones con proyectos.

¿Qué se viene en el futuro con el Club?
Lamentablemente estoy algo estancado, no tengo recursos como para seguir invirtiendo en este sueño de poder cambiar Playa Amarilla a Playa de la Juventud. En la actualidad estoy en búsqueda de un trabajo estable e ideo formas para seguir aportando económicamente para este fin. Sería bueno tener apoyo de las autoridades o empresas que estén interesadas en este proyecto, que puedan ayudar, por ejemplo, con un generador que provea de electricidad. Lo único que quiero es hacer el bien y contagiar a la gente con buenos hábitos. Por eso invito a todos a participar. Para cualquier ayuda, donación o auspicio, o para informaciones, pueden comunicarse conmigo al correo skimpeace@gmail.com

1 comentario:

Javiera dijo...

En esta noche de noctambulismo me he metido a leer tu blog y esta bastante interesantísimo, ojalá logres todos tus sueños para esta "playa de la juventud"y que la gente apoye este medio y aprender a cuidar el ambiente en que vivimos también.

Te deseo las mejores buenas vibras desde el helado santiago y mejórate pronto.

pd: jajaja dedos para el pianooo eiiing